sábado, 5 de mayo de 2012



Me despierto, cojo el móvil y miro la hora, las dos de la madrugada. Pienso en ti, en lo que estarás haciendo un día normal a estas horas, luego me pongo boca arriba, sonrío y pienso ¿que va hacer?, pues dormir, lo que tendría que estar haciendo yo. Y es que te has metido tan dentro de mí, tan dentro. Y es que eres, como ya te he dicho muchas veces, lo mejor. Gracias. Por cada momento a tu lado. Por cada noche y cada mañana. Por todo. En ese momento antes de dormirme, pienso en tu sonrisa. En esa sonrisa que me vuelve loca, loca de remante. Pienso en tu mirada. En tus besos. En ti. Y en ese instante, en esa milésima de segundo me doy cuenta de que eres tú, no otro. Me doy cuenta de que mi felicidad tiene nombre y apellidos. De que te quiero como a nadie, más de lo que creía, más de lo que pensaba. Me doy cuenta de que te echo de menos. Mucho de menos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario